Tras la pandemia de la COVID-19, muchas familias han decidido quedarse en casa este verano. Sin embargo, nadie dijo que renunciar a viajar por vacaciones fuera sinónimo de aburrirse. Desde dedicarse a la repostería hasta darse un chapuzón en la piscina, hay infinitos planes que se pueden hacer en familia. Eso sí, procura contar con todo el material necesario para remediar posibles accidentes hogareños, como caídas de los niños o sobreexposición al sol en las casas con jardín. Y, sobre todo, ¡no olvides incluir en tu botiquín apósitos para quemaduras en el hogar!
Las quemaduras en casa son mucho más habituales de lo que se puede pensar. Su origen más frecuente se encuentra en la cocina, por ejemplo, por la caída del vaso con líquidos calientes o por la utilización del horno.
El contacto con planchas y secadores de pelo, cables e incluso vaporizadores es otra causa de quemaduras en casa.
Y, aunque en verano suele ser menos típico, el agua caliente para el baño también es un origen bastante común de daños en la piel.
El riesgo de quemaduras existe tanto para los adultos como para los niños, pero en el caso de estos últimos el peligro es aún mayor debido a que su piel es más sensible y la quemadura puede abarcar una mayor cantidad de superficie corporal. Como resultado, pueden ocasionar lesiones más profundas y severas.
Para evitar que esto ocurra, es fundamental la prevención, tomando todas las precauciones para que los niños no se acerquen solos a la cocina ni toquen objetos con los que pueden quemarse, como planchas de la ropa, calentadores eléctricos, mecheros o velas encendidas.
Además, también es necesario contar en el hogar con un botiquín con apósitos para quemaduras y otros materiales de primeros auxilios, como gasas estériles, gel para quemaduras o vendas elásticas, que pueden ayudar a controlar la situación si se produce el accidente.
Cómo actuar en caso de quemaduras
Una recomendación para tratar quemaduras superficiales en el hogar es sumergirlas en agua fría durante el tiempo necesario para enfriar el área afectada y aliviar el dolor.
No se deben frotar las quemaduras ni tampoco sustituir el agua fría por hielo porque estas dos acciones pueden empeorar la situación y contribuir a la formación de ampollas.
Si la zona lesionada no exuda, debe cubrirse con una gasa estéril o con apósitos para quemaduras.
En caso de que la quemadura sí exude, habría que taparla con una gasa estéril y buscar atención médica.
Consultar con el profesional sanitario es necesario también en caso de quemaduras que no son superficiales, o si el dolor y el enrojecimiento continúan pasadas varias horas.
Cómo evitar las cicatrices
Otra preocupación habitual cuando hablamos de quemaduras es que su cicatrización deje marcas en la piel. En estas situaciones, existen productos farmacéuticos reductores de cicatrices que pueden ayudarte. Es el caso de Mepiform, que, además de servir para el tratamiento de antiguas marcas, previene la aparición de cicatrices hipertróficas y queloides si se aplica sobre heridas cerradas.
Más allá de la cuestión estética, los queloides o cicatrices cutáneas de color rojo oscuro que sobrepasan la superficie normal de la piel, pueden causar molestias como picor o incluso dolor. Así que, si podemos prevenir su aparición, ¿por qué sufrir?