En nuestra higiene diaria debemos dedicar una atención especial a la higiene bucodental. Nos ayudará a evitar problemas derivados de una cuidado dental deficiente, como caries, sarro, inflamación y sangrado de las encías, periodontitis, sensibilidad o mal aliento persistente. Es muy importante introducir el hábito de la higiene oral ya desde la infancia (2-3 años), para ello existen dentífricos y cepillos pensados para que a los niños les resulte más fácil y divertido el momento de cepillarse los dientes.
Unos pocos minutos al día bien aprovechados
El ritual del cepillado debe ser diario y hacerlo especialmente después del desayuno y la cena para evitar la formación de placa dental, una mezcla de residuos de comida y bacterias nocivas. Debemos invertir al menos dos minutos y no limitarnos únicamente a la superficie dental visible, sino también su cara interna, las encías e incluso la lengua. Es importante utilizar un buen cepillo de dientes y un dentífrico que aporte la cantidad de flúor recomendada por los dentistas para fortalecer el esmalte y mantenerlo en buen estado.
Hasta el último rincón
Para conseguir una higiene bucal más eficaz debemos utilizar accesorios que nos ayudarán a limpiar las zonas de la boca en las cuales el cepillo no es del todo efectivo. Así, con los hilos o los cepillos interdentales eliminaremos los restos de comida que se alojen entre las piezas dentales. Y no olvidemos el uso de colutorios de uso diario después del cepillado para enjuagar la boca y completar una higiene oral perfecta. Estos tienen un efecto
No olvides visitar a tu dentista
Deberíamos acostumbrarnos a visitar a nuestro dentista periódicamente y no sólo cuando tenemos alguna urgencia odontológica. Y anualmente al menos deberíamos reservar una visita para una sesión de limpieza bucal en profundidad. En ella el dentista eliminará la placa bacteriana, el sarro y manchas mediante un procedimiento mecánico de raspado o ultrasonidos y posteriormente pulirá los dientes para dejarlos brillantes.
Otros consejos a tener en cuenta
- Reemplaza tu cepillo cada 3-4 meses, o antes si las cerdas están ya deterioradas.
- Un cepillo demasiado agresivo puede dañar el esmalte y las encías.
- Dedica especial atención a la higiene bucal antes de acostarte.
- Evita consumir dulces y bebidas edulcoradas.
- El tabaco no es un buen aliado para la salud de tu boca.