María Rámila Fernández de Soria
Fernando, ¿por qué empezaste a jugar al baloncesto?
(Risas) Fundamentalmente porque era muy alto.
¿En algún momento de tus comienzos pensaste que jugarías en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles?
No, yo siempre he intentado ir paso a paso, con metas mucho más cercanas que me dieran aliento para ir haciendo cosas.
¿Qué sentiste al llegar a la selección absoluta de baloncesto española?
Una alegría tremenda e increíble al poder estar con personas que eran mis ídolos en aquel momento.
¿Cómo ves el futuro del baloncesto español?
Yo creo que bien. Todo el mundo teme que cuando se retiren los actuales, pierda fuerza, pero es verdad que el baloncesto español está en una evolución constante y eso hace que no tengamos que tenerle miedo a nada.
¿Y a nivel mundial?
En general, muy bien. Cada vez con más seguidores.
¿Encuentras mucha diferencia entre el baloncesto de tu época y el de ahora?
En cuanto a juego y normas ha cambiado mucho. Desde que pusieron la línea de tres puntos, el baloncesto cambió muchísimo y dio mucha más libertad, sobre todo a los que jugaban como yo, a los pívot. Ahora hay mucho más juego de uno contra uno y puedes hacer muchas más cosas.
¿Practicas algún otro deporte?
Intenté practicar otros como fútbol americano, pero ahora solo hago algo de ejercicio en el gimnasio, no puedo hacer mucho más debido a una lesión.
¿Qué te gusta de tu faceta como comunicador?
Pues me lo paso muy bien, es muy divertido el hecho de intentar llegar a los demás, sin ninguna pretensión, intentando ser como soy. Si los demás me aceptan, es algo de agradecer. No obstante, comunicador es una palabra muy grande para lo que intento hacer yo.
¿En qué facetas de tu vida te ha ayudado tu altura y en cuáles te ha perjudicado?
En el baloncesto me ha ayudado, en realidad yo creo que me ha ayudado en todas las facetas de mi vida, no concibo a Fernando Romay sin medir lo que mide. Me ha ayudado, ha marcado mi carácter, ha hecho que sea como soy, para lo bueno y para lo malo.
¿Qué importancia ha tenido la alimentación en tu carrera?
Vital, todo deportista debe cuidar su alimentación. Fundamental.
Qué valor tiene para ti el consejo de tu farmacéutico?
Todo, yo soy antiguo y de la antigua escuela y por ello muchas veces voy a que me aconseje él. Siempre le pido consejo.
¿A qué hora suena tu despertador?
No tengo despertador, tengo hijos y un perro, pero no tengo despertador.
Trasmites ser bastante popular ¿qué faceta de Romay es desconocida por el gran público?
A ti te la voy a contar (risas).
¿Qué recuerdos tienes de aquel partido contra los Celtics de Boston en el que pudiste jugar contra el mítico Larry Bird?
Todo, grandes recuerdos. Era la primera vez que nos enfrentábamos a un equipo de NBA. Fue increíble.
¿Cuál es el jugador con el que mejor te llevas de los equipos en los que has jugado?
Con muchos. Si tengo que agradecer algo al baloncesto es que me haya permitido poder conocer a gente tan maja como he conocido, tanto de mi equipo como de los equipo rivales.
Qué jugador con los has compartido banquillo han marcado más tu trayectoria profesional o humana?
De todos he aprendido cosas buenas, capacidad de liderazgo como Corbalán o Fernando Martín, lo valores que me enseñaron los mayores como Vicente Ramos o Paniagua, simplemente viéndolos o tomando ejemplo de lo buena gente que eran.
¿Qué significa para ti la palabra GANAR?
Consecución de la palabra esfuerzo.
¿Se aprende a perder?
No.
¿Qué partido no olvidas?
Cantidad de ellos, muchos de los que he perdido.
¿Cuál ha sido tu mayor éxito?
Mis hijos.
¿Y el momento más duro de tu carrera profesional?
Cuando pierdes a alguien que aprecias de verdad y te cuesta entenderlo.
¿Eres feliz?
Si, razonablemente feliz para no despertar envidias, pero sí soy feliz.
Fernando, ¿cómo te describirías a ti mismo?
Un tipo que lucha por aparentar ser buena gente.
Lo que no sabes de FERNANDO
Recuerdo favorito de la infancia.
Un día de Reyes en el que mi madrina me regaló un casco de astronauta y unas pistolas del espacio sideral…¡ah! Y un sputnik, ¡qué bonito era mi sputnik!
Me encanta. Tomar una caña con los amigos.
Mi plato favorito. El caldo gallego de mi madre.
Echo de menos. A los que no tengo a mi lado.
Un capricho. Miles, soy muy caprichoso.
Último viaje (vacaciones). Mallorca.
En la mesita de noche. Un cristo, recuerdo de mi madre.