Dicen que la belleza está en el interior, pero lo cierto es que nuestro rostro revela más de nosotros de lo que pensamos. De hecho, si nunca te han preguntado si te pasa algo añadiendo la famosa coletilla de “no tienes buena cara”, te invitamos a dejar de leer este post. No es tu caso, ¿verdad?
¡Ajá! Ha sido una apuesta arriesgada, pero sabíamos que esta situación te resultaría familiar (¿a quién no?). Para intentar compensarte por el mal recuerdo de aquella pregunta inoportuna, te contamos nuestros consejos para cuidar tu piel y presumir de cutis. ¡Nunca más dirás que no a hacerte un selfie con tus amig@s o con quien tú más quieras!
Cómo tener buena cara en 5 sencillos pasos
No todo el mundo puede permitirse acudir a un salón de belleza cada semana ni adquirir tratamientos ultra innovadores cada vez que sale una nueva fórmula mágica para permanecer siempre joven (esto último ni siquiera lo intentes: los remedios milagrosos NO existen).
Lo que sí está al alcance de todos es sentar las bases para una rutina de cuidado de la piel adecuada a las necesidades de tu rostro. Con estos 5 sencillos pasos para tener buena cara, lograrás mejorar tu aspecto y te sentirás mucho mejor cada vez que te mires, ya sea ante el espejo o frente a la cámara de tu smartphone 😉
Primer paso: limpieza facial
Puede que no seas consciente de ello, pero la piel del rostro está continuamente expuesta a las partículas de polvo que circulan en el aire, así como a la contaminación ambiental.
Además, los restos de crema hidratante, maquillaje u otros productos cosméticos que utilices también pueden contribuir a taponar los poros de la piel, impidiendo que esta transpire convenientemente y favoreciendo la aparición de afecciones como el acné.
Por lo tanto, el primer paso para tener buena cara es dedicar al menos 5 minutos por la mañana y por la noche a realizar una limpieza facial. Para ello, puedes utilizar una combinación de agua y jabón (preferiblemente, syndet o gel facial).
Si, además de la suciedad diaria, utilizas maquillaje, te recomendamos que optes por utilizar agua micelar con la ayuda de un algodón y movimientos circulares suaves. ¡Te ayudará también a tonificar la piel!
Segundo paso para tener buena cara: exfoliación semanal
La piel se renueva de manera natural aproximadamente cada 28 días. Cuando esto ocurre, se generan una serie de toxinas y células muertas que, de no eliminarse convenientemente, pueden provocar también obstrucción de los poros.
Como resultado de ello, aumenta el riesgo de sufrir acné, rojeces y otros problemas que te alejarán de poder presumir de buena cara.
Por esta razón, es importante que realices una exfoliación facial, al menos una vez por semana. Este proceso permitirá que tu piel respire y absorba mejor los productos que aplicarás después, lo que se traducirá en una piel más hidratada, sin irritaciones y más luminosa.
Escoge siempre productos respetuosos con tu tipo de piel y dermatológicamente testados, como el Martiderm exfoliante facial, que deberás aplicar sobre la piel húmeda, masajeando durante 20-30 segundos y, después, aclarar. ¡Tan sencillo, relajante y práctico como esto!
Tercer paso: despedirse de las bolsas y ojeras
Nuestros ojos tienen buena parte de la responsabilidad cuando los demás nos miran y deciden si tenemos buena cara o, por el contrario, parece que no hemos pegado ojo en una semana.
Si quieres disimular las bolsas y ojeras, incluye en tu rutina diaria el cuidado específico de esta parte del rostro. Para ello, puedes recurrir a productos como Endocare contorno de ojos, que retrasa los signos del fotoenvejecimiento cutáneo y tiene una ventaja: ¡También puede aplicarse en los labios para ayudar a retrasar la aparición de arruguitas!
Cuarto paso: ¡no sin tu sérum!
Tan importante como la limpieza, es la correcta hidratación de la piel, ya que la sequedad es una de las principales responsables de problemas como la aparición de rojeces, irritaciones o grietas en pieles sanas. E, incluso, pueden aparecer arrugas finas como resultado de la deshidratación…
Un sérum facial es un producto cosmético hidratante cuya principal diferencia con respecto a la crema es que sus ingredientes activos tienen mayor concentración. Además, destaca por su textura líquida, que favorece su extensión por el rostro y su absorción.
Por lo tanto, y especialmente si tienes la piel seca, te recomendamos que optes por utilizar alguno de estos productos, como el sérum hidratante Avène. Si lo aplicas mañana y/o noche sobre el rostro y el cuello como complemento del cuidado habitual, notarás la diferencia en poco tiempo: menos sensación de tirantez o de fatiga, y una piel más lisa y luminosa.
Quinto paso: hidratación, hidratación e hidratación
No nos cansaremos de repetirlo: toda rutina de cuidado de la piel del rostro debe incluir la hidratación facial.
Si te has apuntado el cuarto consejo para tener buena cara, ya estarás dado un paso adelante hacia poder presumir de un cutis más hidratado, pero recuerda: el sérum precede a la crema; no la sustituye.
Siendo así, el último golpe de efecto para culminar esta rutina de cuidado de la piel de la cara debe ser siempre aplicar una crema hidratante como Vichy Neovadiol. ¡Una opción con efecto lifting que te ayudará a quitarte años de encima!