Encuentra la respuesta a una de las consultas más frecuentes de los padres: ¿qué hacer si mi bebé no quiere comer? ¡Te lo contamos!

Si algo causa frustración en los padres es ver que su bebé no quiere comer. Los progenitores se esfuerzan en preparar papillas, purés, menús coloridos y hasta caras sonrientes con las verduras… Y, sin embargo, el pequeño cierra la boca, gira la cabeza, hace muecas o, peor aún, lanza el plato al suelo. ¿Por qué sucede esto? ¿Es normal? ¿Hay algo que se pueda hacer? La respuesta rápida es sí: es más común de lo que parece y, en la mayoría de los casos, forma parte del desarrollo normal del niño.
La buena noticia es que hay estrategias para sobrellevarlo sin convertir la hora de la comida en una batalla campal. Para revertir esta situación, una de las claves es entender por qué ocurre esto. En este post vamos a tratar de explicártelo y, además, te ofreceremos recomendaciones para hacer de los almuerzos una experiencia agradable para toda la familia.
¿Por qué mi bebé no quiere comer?
Hay muchas razones por las que, en ocasiones, un bebé no quiere comer, y no siempre tienen que ver con que no le guste la comida. En ocasiones, por ejemplo, está relacionado con la etapa del desarrollo en la que se encuentre. En esta línea, la moderna técnica del baby-led weaning sostiene que lo mejor es permitir que sea el niño quien marque el ritmo de introducción de nuevos alimentos en su dieta.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las necesidades calóricas de los niños varían con el tiempo. Así, mientras el primer año de vida es el de mayor crecimiento, después, este ritmo se desacelera. Esto significa que, en el segundo año, muchos bebés no necesitan comer tanto como antes. Por el contrario, prefieren jugar o explorar su entorno en busca de estímulos.
Las rabietas, como resultado de un intento de afirmar su personalidad, también pueden interferir. El clásico “no quiero” aparece como una declaración de independencia. Comer (o no comer) es una de las pocas cosas que pueden controlar y lo saben.
Ahora bien, existen otras razones por las que un bebé no quiere comer. Desde condiciones físicas pasajeras, como la dentición, un resfriado, fiebre o incluso un pequeño dolor de barriga, hasta problemas a la hora de familiarizarse con los nuevos sabores o texturas de los alimentos.
Si el problema es que el niño se encuentra mal, lo recomendable es no forzar, esperar a que pase el dolor y acudir al pediatra en caso de que el malestar no desaparezca. Pero, ¿y si el bebé no quiere comer aunque se encuentre bien? Veamos qué hacer ante estas situaciones.
Recomendaciones para facilitar la alimentación del bebé
Para facilitar la alimentación de tu hijo o hija y evitar que se convierta en un drama diario, hay algunas recomendaciones útiles que puedes seguir:
- Establece una rutina clara. Los niños pequeños funcionan mejor con rutinas. Intenta que las comidas sean a la misma hora y en un entorno tranquilo. Evita ofrecer comida a cada rato, ya que los “picoteos” pueden quitar el hambre antes de sentarse a la mesa.
- No le obligues a comer. Forzar a un niño a comer puede crear una asociación negativa con la comida. Lo ideal es ofrecer, no insistir. Si hoy no comió mucho, probablemente recupere el apetito más tarde o al día siguiente. Ve incorporando diferentes sabores poco a poco, para que se vaya familiarizando con ellos. Los vegetales por ejemplo, suelen ser problemáticos, pero los potitos de verduras pueden ser más apetecibles que la verdura troceada.

Hero Baby hervido con verduritas de la huerta es un alimento para bebés a partir de 4 meses, elaborado con ingredientes naturales como patata, zanahoria, apio, cebolla y arroz. Proporciona nutrientes esenciales, mejora el sistema inmunológico y fomenta hábitos alimenticios saludables. Es fácil de usar y ofrece un sabor delicioso y nutritivo.
- Haz de la comida una experiencia sensorial. Permítele tocar y oler la comida. Aunque ensucie, esa interacción es parte del aprendizaje. Familiarizarse con texturas y colores puede ayudar a que se anime a probar. Opta por potitos de fruta, que ya de por sí tienen un color más alegre. Puedes probar a enseñarle las piezas de fruta, de diferentes colores y formas, y explicarle que la papilla que está comiendo las contiene.

Los potitos 4 frutas de Nutribén son ideales para bebés desde los 6 meses. Elaborados con melocotón, pera, plátano y manzana, son nutritivos, seguros y fáciles de digerir. Sin gluten, azúcares añadidos ni conservantes, ofrecen una dieta equilibrada y contribuyen al desarrollo saludable del bebé. Perfectos para su crecimiento.
- Predica con el ejemplo. Si el resto de la familia come lo mismo y con naturalidad, el niño estará más inclinado a imitar. Comer juntos y compartir la mesa es más efectivo que cualquier sermón.
- Evita distracciones. La televisión, las tablets o los juguetes en la mesa pueden desconectar al niño del acto de comer. Lo ideal es que la atención esté puesta en los alimentos y en la convivencia.
- No uses la comida como premio o castigo. Evita emplear frases como “si no comes, no hay parque”. Comer debe ser una necesidad, no una moneda de cambio. No le chantajees para prevenir problemas posteriores en su relación con la comida.
- Introduce nuevos alimentos con paciencia. A veces, hay que ofrecer un alimento muchas veces antes de que sea aceptado. Inténtalo con papillas de iniciación, como estos potitos Nutriben, de iniciación a la fruta, ideales para la merienda.

Nutriben Pot Inicio a la Merienda es un pack de potitos para bebés desde 4 meses, con sabores de frutas como naranja, manzana y plátano con galleta sin gluten. Enriquecidos con vitamina C, son nutritivos, sin huevo ni leche, y fomentan la introducción de nuevos sabores en la dieta infantil.
Eso sí, es importante que no te frustres si al principio los rechaza. Prueba en otro momento, preparado de forma distinta o junto con algo que ya le gusta. Por ejemplo, en el almuerzo, puedes darle potitos que combinen diferentes sabores, como estos potitos Hero de pollo con arroz.

Hero Baby Solo Pollo Arroz es un tarrito ecológico para bebés desde los 6 meses, elaborado con ingredientes naturales y sin azúcares añadidos. Contiene verduras, arroz y pollo, cocinados y envasados al vacío para conservar su calidad. Es una opción nutritiva y saludable para la alimentación infantil.
Esto también es aplicable con la leche, un alimento esencial para el correcto desarrollo del niño. ¿No le gusta? Prueba con una marca formulada específicamente para los más pequeños. Por ejemplo, Nestlé leche crecimiento. Pueden tomarla los bebés a partir de un año, y les gustará mucho más que una leche normal.

Nestlé Nativa Crecimiento Original 1l. Leche para niños desde 1 año, con Omega 3 DHA, sin azúcar añadido, y con un delicioso sabor. Contiene 13 vitaminas, incluyendo Vitamina D para el sistema inmunitario, y calcio para los huesos. Elaborada con leche del norte de España por ganaderos locales.
¿Cuándo consultar con el pediatra?
Aunque la falta de apetito suele ser normal en bebés y niños pequeños, hay señales que indican que conviene consultar al pediatra, como la pérdida de peso o la falta de crecimiento, los síntomas intestinales (vómitos, diarreas, inapetencia persistente…) o un estado de ánimo irascible o irritado, entre otras.
También debes prestar atención y fijarte si tu bebé no quiere comer nada o solo rechista cuando se trata de determinados alimentos.
El pediatra de tu hijo o hija podrá descartar causas médicas y, si es necesario, derivar a un nutricionista o terapeuta ocupacional especializado en alimentación infantil.
Preguntas frecuentes
¿Cuándo preocuparse si un bebé no quiere comer?
Es normal que los bebés tengan periodos de menor apetito, pero hay que estar atentos a las señales de alerta. Cambios en el crecimiento, desarrollo, enfermedades, cambios en la alimentación o factores emocionales pueden influir. Si la falta de apetito persiste, hay pérdida de peso, fiebre, vómitos, diarrea, deshidratación o malestar general, se debe consultar al pediatra. Mantén la calma, ofrece alimentos variados, establece horarios regulares y evita presionar al bebé. Si tienes dudas, busca orientación médica. Es importante observar al bebé y actuar si hay síntomas preocupantes para garantizar su bienestar y desarrollo saludable.
¿Qué se le puede dar a un niño que no quiere comer verdura?
Para que un niño coma verduras, se pueden usar estrategias como presentarlas de forma divertida, involucrarlo en su preparación, camuflarlas en platos que le gusten, acompañarlas con salsas saludables y ser un buen ejemplo al consumirlas. Es importante ser paciente, constante y ofrecer variedad para encontrar las verduras que prefiera. También se pueden probar recetas como pizzas de verduras, tortillas con vegetales, pastas con salsas enriquecidas o pinchos coloridos. Si el rechazo persiste, se recomienda consultar a un especialista. El objetivo es crear una experiencia positiva que fomente hábitos alimenticios saludables.
¿Qué especialista ve a un niño que no quiere comer?
Un niño que no quiere comer puede ser evaluado por un gastroenterólogo pediátrico, especialista en problemas digestivos, hepáticos y nutricionales en niños. Estos médicos tienen formación específica en pediatría y gastroenterología, y tratan afecciones como reflujo, alergias alimentarias, enfermedades del hígado, problemas nutricionales y trastornos de alimentación. Realizan diagnósticos con procedimientos como endoscopías y manejan tratamientos especializados, incluyendo nutrición intravenosa y colocación de tubos de alimentación. Su experiencia abarca desde el nacimiento hasta la adolescencia, asegurando un cuidado adaptado a las necesidades de los niños de todas las edades.

