Tener un hijo es una experiencia maravillosa, pero nadie puede negar que, con el bebé, llegan también bastantes preocupaciones. Una de las primeras dudas que surgen tiene que ver con la lactancia.
Si estamos haciéndolo bien, es un interrogante que nos acompañará durante, al menos, los primeros 6-12 meses de vida del bebé. Este es el plazo que, en condiciones normales, la OMS recomienda para que el niño se alimente exclusivamente de leche.
A partir de este momento y hasta los 2 años, lo ideal sería combinar la lactancia con una introducción progresiva de alimentos sólidos en la dieta del bebé.
Así que, si tú también te estás preguntando cómo sabrás si tu recién nacido está bien alimentado, o cuándo debes empezar a darle el biberón, este post es para ti.
Bien, pues lo primero que debes saber es que existen tres tipos de lactancia: la materna, la artificial y la mixta. ¿En qué consiste cada una de ellas y cuándo se debe optar por una u otra? ¡Sigue leyendo para saber más!
- La lactancia materna es la mejor opción para alimentar al recién nacido. De hecho, la OMS recomienda que, durante los primeros 6 meses de vida, el bebé se alimente solo con este tipo de leche.
Como procede de la madre, la leche materna contiene todos los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo del bebé. Asimismo, esta le proporcionará las sustancias que le protegerán contra las infecciones.
- Por su parte, la lactancia artificial es una alternativa generalmente recomendada cuando no es posible ofrecer al recién nacido la lactancia materna.
Consiste en alimentar al bebé con leches de fórmula, especialmente diseñadas en función de las necesidades del niño.
¿Y cómo saber la cantidad de leche que debe llevar el biberón? Lo ideal es prepararlos de forma que sobre leche, para que el niño pueda decidir cuándo está suficientemente lleno. No conviene forzar al bebé a acabarse el contenido, para prevenir la obesidad.
No tengas miedo si ves que no se toma toda la leche. Para saber si está alimentándose lo suficiente, fíjate en la ganancia de peso: debe ser de 150-200 gramos a la semana. Y, en caso de duda, consulta con el pediatra.
- Por último, la lactancia mixta es una combinación de las dos anteriores. Es decir, consiste en alimentar al bebé mediante el amamantamiento, y reforzar su dieta con leche de fórmula.
Está indicada en aquellos casos en que la lactancia materna resulte insuficiente para alimentar adecuadamente al bebé. Esto puede ocurrir porque, en algunas ocasiones, la cantidad de leche que producen las madres resulta insuficiente. Otras veces, los niños tienen problemas para extraerla.
Ambas condiciones pueden tener solución, pero, si tu pediatra te indica que es necesario recurrir a la lactancia mixta, ¡no te preocupes!
De hecho, este tipo de alimentación puede tener algunas ventajas. Entre ellas, destaca una menor probabilidad de que el niño desarrolle alergia a las proteínas de la leche de vaca.
Recomendaciones para favorecer la lactancia materna
Como decíamos, existen pautas a seguir para conseguir que la lactancia materna sea más exitosa. Vamos a contarte las más importantes:
- Ten en cuenta las horas de mayor producción de leche. Esto es, durante la segunda parte de la noche, por las mañanas y al mediodía. Estas serán las mejores horas para alimentar bien a tu bebé.
- ¿Sabías que la producción de leche aumenta cuanto más pide el niño? Si el bebé llora, lo mejor es ponerle al pecho. Si deja de quejarse, significa que está sacando la cantidad que necesita. Y, al mismo tiempo, este gesto estimulará la producción de más leche.
Si sientes los pechos hinchados, es posible que hayas producido leche. En caso de que no coincida con el momento en que el niño quiera comer, puedes optar por un sacaleches.
Hoy en día, existen aparatos como el sacaleches Elvie Single Pump de Dc Pharm, que permiten extraer la leche sin necesidad de cables y de forma silenciosa. Incluso se puede controlar la potencia y la velocidad de succión desde el teléfono móvil, donde también existe la opción de registrar la cantidad de leche extraída cada día. La leche va directamente a un depósito integrado, sin pasar por ningún tubo, lo que facilita su limpieza. Su tamaño compacto permite también transportarlo de casa al trabajo, o a cualquier otro lugar, sin preocupaciones.
¿Para qué sirve? Su función es ofrecer un completo vaciado del pecho y, al mismo tiempo, estimular la producción de leche. Esto puede ser muy útil si necesitas ausentarte durante unas horas y quieres dejar a los abuelos o cuidadores un biberón de leche materna para el bebé.
- No te obsesiones. Si tu hijo no gana suficiente peso o sigue pidiendo después del vaciado, el pediatra podrá recomendarte la mejor fórmula nutritiva para pasar a la lactancia mixta. Podrás utilizar estos biberones para alimentar al bebé por la tarde y durante la noche, cuando la producción de leche es más baja.
- Cuida la posición al darle el pecho. Existen muchas posibilidades, pero la mejor opción es que coloques a tu hijo con todo su cuerpo orientado hacia ti. De esta forma, el bebé estará en una postura más cómoda y relajada. Esto le permitirá un mejor agarre, y te ayudará a prevenir la aparición de grietas en el pezón.
- ¿Y si ya tienes grietas en los pezones? Te recomendamos aplicar una crema emoliente, que favorecerá la cicatrización.
Para evitar que vuelvan a salirte estas molestas grietas, puedes utilizar pezoneras.
Por último, un apunte súper importante que debes tener en cuenta: durante sus primeros días de vida, el niño no habrá aprendido a pedir alimento todavía.
Los bebés se encuentran cansados después de nacer porque adaptarse al nuevo medio les requiere un gran gasto energético. Por esa razón, sentirá la necesidad de dormir durante muchas horas.A pesar de todo, debes despertarle para darle el pecho. No deben pasar más de 2 horas sin que el recién nacido coma durante el día, ni más de 4 horas por la noche. De lo contrario, existe el riesgo de que sufra una bajada de azúcar.