Se acerca el cambio de estación, momento en el que las defensas de los niños pueden debilitarse más fácilmente debido a los cambios de temperatura frecuentes de estas épocas.
Esta circunstancia puede afectar de igual modo a los adultos; sin embargo, los niños, que tienen su sistema inmunológico todavía en desarrollo y pasan muchas horas juntos en el colegio o en la guardería, se encuentran mucho más expuestos al contagio de infecciones virales.
Las defensas son nuestro instrumento de protección frente a estos agentes perjudiciales; por eso es tan importante mantenerlas fuertes.
¿Cómo podemos saber si las defensas de nuestros hijos están bajas?
En particular, conviene ponerse en alerta en el caso de que el niño sufra, de forma recurrente…
- Infecciones
- Fiebre
- Gripes o resfriados
- Vómitos
- Cansancio y/o somnolencia excesivos
En estos casos, puede ser que el niño tenga las defensas bajas, por lo que conviene actuar. En esta guía audiovisual encontrarás vídeos del pediatra Jesús Garrido con información gratuita sobre el cuidado de un bebé para protegerlo de infecciones, cuidar su alimentación y el estado de su sueño.
Defensas bajas, ¿cómo fortalecerlas?
¿Sabías que hay pequeños cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a tu hijo para que sus defensas estén fuertes?
- Haz que lleve una alimentación equilibrada y nutritiva, esto es, que en el aporte diario de su dieta reciba:
- Un 50 % de hidratos de carbono (pasta, pan, cereales…)
- Un 15 % de proteínas de carnes, jamón, pescados, huevos, legumbres…
- Un 35 % de grasas, como las propias de las carnes o pescados o el aceite de oliva.
Aléjalo de los alimentos procesados y ricos en azúcar (refrescos, golosinas, bollería…).
Y ten en cuenta que los frutos secos, a pesar de su gran aporte nutricional, no se recomiendan en niños menores de 6 años ante el riesgo de atragantamiento.
- Respeta sus horas de sueño, que deben ser de calidad, reparadoras y seguidas para que sus funciones se desarrollen con normalidad.
- Un niño en edad preescolar (de 3 a 5 años) debe dormir de 10 a 13 horas diarias, incluyendo las siestas.
- En el caso de niños en edad escolar (de 6 a 9 años), se recomiendan unas 9-12 horas de sueño diario, también incluyendo las siestas.
- El ejercicio es fundamental. ¿Alguna vez has escuchado eso de “cansar a los niños para que duerman”? Bien, pues realizar ejercicio no solamente es bueno para conciliar el sueño, sino que también servirá para fortalecer sus defensas. Motivar al niño para que realice una actividad extraescolar deportiva puede ser una muy buena opción.
- Permítele que respire aire fresco. Estar en contacto con la naturaleza, lejos del ruido y la contaminación de la ciudad, servirá a tu hijo para fortalecer sus defensas. También, porque la luz del sol le aportará la vitamina D que necesita para vivir con energía. Así que, de vez en cuando, ¡preparad las mochilas y haced alguna excursión!
¿Y sin con todo esto no es suficiente?
¡No te preocupes! Existen complementos alimenticios para mejorar el funcionamiento del sistema inmune. En concreto, nuestra recomendación es Inmunoferon Junior Jarabe, una fórmula exclusiva para niños a base de la tecnología AM3® patentada de Cantabria Labs, con glucomanano y proteína de soja.
Enriquecido con própolis, equinácea, vitamina C y vitamina D, esta fórmula, también disponible en presentación en forma de cápsulas para los adultos, contribuye al normal funcionamiento del sistema inmune en niños.
Los inmunomoduladores activan y refuerzan las defensas del organismo, favoreciendo una sintomatología más leve, rápida recuperación y una menor incidencia de infecciones recurrentes.
El formato jarabe permite una posología cómoda y su sabor a naranja favorece la administración en niños. La dosis recomendada es de 5 ml al día en una sola toma, por lo que su tamaño de 150 ml está ideado para un periodo de un mes.
Eso sí, ten en cuenta que los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustituto de una dieta variada y equilibrada, y un estilo de vida saludable.