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Cómo cuidar los pies en verano para evitar rozaduras

Casi todos los fisioterapeutas coinciden: el pie es el gran afectado por las lesiones de verano. ¿La razón? El aumento de la práctica deportiva, especialmente al aire libre, en superficies irregulares como la playa o la montaña.

Por si fuera poco, los podólogos advierten de que el tipo de calzado que utilizamos durante los meses más calurosos del año incrementa el riesgo de quemaduras solares, así como la aparición de rozaduras, durezas y  ampollas.

Otro aspecto que deteriora la salud de nuestros pies son los talones agrietados, cuyas principales causas son también el aumento de la sudoración y la deshidratación de la piel.

Por todo ello, queremos ofrecerte unas recomendaciones para cuidar tus pies en verano, evitando rozaduras y otras lesiones. Recuerda que no solo es una cuestión de estética, sino que también entra en juego tu salud.

  1. Calzado transpirable, especialmente para aquellas personas que tengan exceso de sudoración en los pies.
  2. Zapatos o sandalias anchas, con suela amortiguadora y buena sujección. De esta forma, evitarás rozaduras y cortes de circulación cuando se hinchen los pies por el calor.
  3. Con un poco de altura. ¡Y un poco es solo un poco! Entre 2 y 5 centímetros de suela es la medida perfecta para lograr la mejor postura y el mayor equilibrio.  

Por supuesto, con el fin de prevenir el contagio de hongos y otras bacterias, no compartas zapatos, chanclas ni sandalias, sobre todo, si vas a ponerlo sin calcetines ni medias.

Evita también caminar descalzo, sobre todo en zonas húmedas, donde más probabilidades hay de coger infecciones ocasionadas por hongos en uñas y piel, así como verrugas plantares.

Y, por supuesto, recuerda que puedes consultar con el podólogo cualquier tipo de duda relacionada con la salud y el cuidado de tus pies.

Pautas para evitar lesiones deportivas en los pies

La fascitis plantar, los esguinces de tobillo y las metatarsalgias son las lesiones más tratadas por los fisioterapeutas en época estival. Todas estas patologías provocan dolor y pueden acompañarse de otros síntomas como la sensación de rigidez o quemazón o pérdida de movilidad y de fuerza en el pie.

En el momento de practicar ejercicio en verano, conviene asegurarse de:

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