Casi todos los fisioterapeutas coinciden: el pie es el gran afectado por las lesiones de verano. ¿La razón? El aumento de la práctica deportiva, especialmente al aire libre, en superficies irregulares como la playa o la montaña.
Por si fuera poco, los podólogos advierten de que el tipo de calzado que utilizamos durante los meses más calurosos del año incrementa el riesgo de quemaduras solares, así como la aparición de rozaduras, durezas y ampollas.
Otro aspecto que deteriora la salud de nuestros pies son los talones agrietados, cuyas principales causas son también el aumento de la sudoración y la deshidratación de la piel.
Por todo ello, queremos ofrecerte unas recomendaciones para cuidar tus pies en verano, evitando rozaduras y otras lesiones. Recuerda que no solo es una cuestión de estética, sino que también entra en juego tu salud.
- La principal clave es escoger un BUEN CALZADO. Las chanclas son una opción muy apetecible en verano; sin embargo, no son la opción más adecuada y deberían usarse solo en la piscina. Ten en cuenta que no ofrecen una buena sujección del pie y lo dejan muy expuesto a la suciedad, cristales o pequeñas piedras que pueda haber en el suelo. Nuestra apuesta es:
- Calzado transpirable, especialmente para aquellas personas que tengan exceso de sudoración en los pies.
- Zapatos o sandalias anchas, con suela amortiguadora y buena sujección. De esta forma, evitarás rozaduras y cortes de circulación cuando se hinchen los pies por el calor.
- Con un poco de altura. ¡Y un poco es solo un poco! Entre 2 y 5 centímetros de suela es la medida perfecta para lograr la mejor postura y el mayor equilibrio.
Por supuesto, con el fin de prevenir el contagio de hongos y otras bacterias, no compartas zapatos, chanclas ni sandalias, sobre todo, si vas a ponerlo sin calcetines ni medias.
Evita también caminar descalzo, sobre todo en zonas húmedas, donde más probabilidades hay de coger infecciones ocasionadas por hongos en uñas y piel, así como verrugas plantares.
- La HIDRATACIÓN ADECUADA de tus pies pasa por utilizar una crema protectora específica. Una buena opción son las que contienen glicerina y aceites esenciales, como esta crema hidratante para piel secos de ACOFARDERM, que proporciona una agradable sensación de frescor y descanso al pie.
- USA PROTECCIÓN SOLAR. El sol incide directamente sobre tus pies cuando paseas descalzo o con sandalias, así que no olvides echarte crema protectora también en ellos.
- EVITA LOS ESMALTES DE UÑA PERMANENTES. Las uñas también precisan un descanso para respirar, para no resecarse ni debilitarse debido a los elementos químicos de los pintauñas. Entre esmaltado y esmaltado, prueba a dejar pasar unos días o semanas con los pies al natural.
Y, por supuesto, recuerda que puedes consultar con el podólogo cualquier tipo de duda relacionada con la salud y el cuidado de tus pies.
Pautas para evitar lesiones deportivas en los pies
La fascitis plantar, los esguinces de tobillo y las metatarsalgias son las lesiones más tratadas por los fisioterapeutas en época estival. Todas estas patologías provocan dolor y pueden acompañarse de otros síntomas como la sensación de rigidez o quemazón o pérdida de movilidad y de fuerza en el pie.
En el momento de practicar ejercicio en verano, conviene asegurarse de:
- Iniciar la práctica deportiva de forma progresiva y adaptada a las capacidades de cada persona. Si no sabes en qué punto te encuentras, lo mejor es que consultes con tu fisioterapeuta.
- Incluir calentamientos previos. Cada actividad deportiva, requerirá de un entrenamiento concreto. No olvides consultar este punto con un experto en la disciplina que vayas a practicar!
- Utilizar el equipamiento adecuado, especialmente en lo que respecta al calzado. Ten en cuenta que no se necesitan el mismo tipo de zapatillas para correr que, por ejemplo, para jugar al tenis o al fútbol. Si vas a hacer alguna ruta de montaña, escoge unas buenas botas de monte, que protejan y sujeten bien el tobillo.
- Mantenerse hidratado y protegerse bien del sol. Existen cremas fotoprotectoras especiales para la práctica deportiva, que ofrecen una mayor resistencia al sudor y al agua (en el caso de ejercicio acuático). También puedes optar por la fotoprotección oral.