Dicen que a nadie le amarga un dulce, pero, cuando se toman sin medida, esto puede no ser del todo cierto. Si a esto le sumamos comida a raudales, mezclas de carnes, verduras, salsas y pescados, fiesta y excesos con el alcohol… Las digestiones pesadas pueden convertirse en un regalo imprevisto y nada deseable esta Navidad.
Las digestiones pesadas son molestias que aparecen en el abdomen durante o inmediatamente después de comer o beber. Pueden producir diferentes síntomas, como sensación de plenitud, hinchazón, gases o reflujo gastroesofágico, entre otros.
Desde luego, quien más y quien menos, todos lo hemos sufrido alguna vez y sabemos que no se trata de una sensación muy agradable.
Por eso, hemos preparado estos consejos para prevenir las digestiones pesadas actuando antes, durante y después de las comidas.
Antes de sentarte a la mesa
La prevención de las digestiones pesadas debe comenzar varios días antes de que te sientes a la mesa.
- Planifica bien los menús. Nada como medir bien la cantidad de comida que servirás a cada comensal en el plato para prevenir los excesos. Lo que cocines estará tan rico que nadie querrá parar de comer. Y puede que eso te llene de orgullo, pero hay otra cosa que también puede llenarse más de la cuenta… ¡Vuestros estómagos!
- Evita el estrés. La ansiedad o el nerviosismo son una causa frecuente de las digestiones pesadas. De hecho, se dice que en el estómago está nuestro segundo cerebro. Por lo tanto, he aquí una razón más para comenzar a planificar ya los menús de Navidad. No querrás sentir el estrés de que te pille el toro a última hora, ¿verdad?
- Ojo con las cantidades de dulce y alcohol. Polvorones, mazapanes, turrones, panacotas, pasteles, roscones… ¡La lista de dulces navideños es casi infinita! Y apetecen tanto en estas fiestas como el champán, el cava, la sidra, el vino, la cervecita, los chupitos… Pero precisamente porque, en estas reuniones familiares solemos relajarnos, es fácil que nos pasemos de la cuenta. Y sí, tanto los postres azucarados como las bebidas alcohólicas (por mucho que algunas se llamen “digestivas”), pueden echar a perder la forma de tu tracto gastrointestinal.
Por lo tanto, planificar y medir la cantidad de estos productos que entra en casa puede ser una buena solución para no tener que lamentarse al día siguiente…
- Prepara tu estómago en el día previo. Si ya sabes que te vas a poner las botas esta Nochebuena, lo mejor será que el día anterior elijas una dieta rica en alimentos ligeros, depurativos y de fácil digestión.
No se trata de pasar hambre, pero puedes sustituir, por ejemplo, el café de la mañana por un té verde o un yogur con bífidus.
Estos lácteos son un tipo de probióticos que pueden contribuir al buen funcionamiento de tu microbiota intestinal. Para ayudarla, también puedes optar por un complemento alimenticio a base de vitaminas, lactobacilos, bifidobacterias y fibra, como es el caso de Probiobal Digest.
Para merendar, un yogur desnatado o una manzana calmarán tu apetito hasta la hora de la cena sin afectar a tu estómago.
A la hora de la comida, es preferible que optes por alimentos cocinados al vapor, mientras que, para terminar el día de preparación, puedes hacerte un caldo de puerros o de apio o arroz integral acompañado con un poco de queso fresco.
Durante la comida
Ahora vienen los consejos indispensables para el “momento” cena o comida de Navidad, así que recuérdalos bien o guárdate el enlace de este post para releerlo cuando te sientes a la mesa 😉
- Bebe agua antes de comer. Tampoco se trata de encharcarse, pero un vaso de agua antes de cada comida puede ayudarte a evitar ingerir cantidades de alimento superiores a las que realmente necesitas. Aunque te pueda resultar increíble, confundimos a menudo la sed con el hambre.
- Realiza respiraciones antes de cada comida. No es que queramos que te conviertas en el cuñado espiritual o en el primo zen de la familia, pero respirar profundamente te ayudará a centrar tu atención en el momento presente, en lo que estás comiendo.
De esta forma, saborearás más cada plato y lo digerirás mejor como resultado de la acción del oxígeno que inspires, pero, sobre todo, sabrás cuándo ya estás a punto de pasarte.
Esto te permitirá detenerte antes de sacar el billete directo hacia las digestiones pesadas que seguro tendrán los más glotones al día siguiente.
- Come despacio y mastica bien los alimentos. Este punto está relacionado con el anterior. Es natural que quieras concentrarte en la conversación, pero reserva también un poco de atención para saborear y masticar bien cada bocado.
Cuando acabes de comer, puedes tomar una infusión de plantas medicinales con acción digestiva, como menta poleo, manzanilla, melisa, anís, hinojo o jengibre (¡muy navideño!).
Si tu temor son los gases, puedes optar por un complemento alimenticio como NS DigestConfort, que gracias a su formulación a base de alcaravea, anís verde, hinojo y cilantro, te ayudará a prevenir la flatulencia.
Si tienes pensado salir a bailar, ten en cuenta que es necesario reposar lo ingerido durante al menos media hora antes de iniciar actividades que requieran de mucho movimiento.
Y, aunque seguro que no entraba dentro de tus planes en estos días de celebración, no te acuestes directamente después de una comida o cena copiosa.
El día de después…
Si has seguido todos nuestros consejos, seguramente te sentirás preparado y listo para una nueva comilona. ¡Afortunado serás en estas fechas en las que todo está riquísimo y siempre hay algún plato especial!
En caso de que todavía sientas molestias en el estómago, estás a tiempo para optar por un menú ligero similar al del día de preparación.
Para tratar de que no vuelva a ocurrirte, puedes confiar en Aquilea Digestivo, un complemento alimenticio que promoverá el correcto funcionamiento de tu sistema digestivo y reducirá la sensación de hinchazón derivada de los gases.
Su sabor a menta te resultará agradable y no distorsionará el suculento recuerdo que las delicias navideñas habrán dejado en tus papilas gustativas. Voilà… ¡Listos para el próximo manjar!
