La primavera es para muchas personas sinónimo de cansancio o de falta de energía, lo que se conoce como astenia. Y, en este contexto, es más probable sufrir aftas bucales, que son pequeñas lesiones que se producen en el interior de la boca y que producen un dolor similar al de una quemadura.
Aunque su causa no es del todo conocida, algunos estudios apuntan a que algunas personas tienen predisposición genética a desarrollarlas.
En todo caso, el riesgo de tener aftas bucales también puede aumentar debido a factores como el estrés, los cambios hormonales, una alimentación inadecuada con déficit de vitaminas o infecciones víricas o bacterianas, entre otros. Por eso, en este post queremos darte algunos consejos para prevenir su aparición.
Aprende a identificarlas
Las aftas bucales, conocidas también como llagas de la boca, pueden aparecer como lesiones únicas, aisladas temporal y físicamente, o como lesiones múltiples de pequeño tamaño. Estas pueden confluir y dar lugar a una llaga de mayor tamaño y bordes irregulares. Suelen ser de color blanco o amarillo, con un borde rojo.
Es muy importante que no las confundas con las calenturas o herpes labiales, ya que, en caso de aparecer, su tratamiento será diferente.
Las aftas aparecen en el interior de la boca, habitualmente, en los tejidos blandos de las mejillas y encías o debajo o encima de la lengua.
Las calenturas, por su parte, suelen presentarse en y alrededor de los labios. Tienen aspecto de ampolla que puede reventar. Si lo hacen, puede salir un líquido y generar una especie de costra.
Para tratar las calenturas, suele ser necesario recurrir a parches como Compeed calenturas, que actúa como escudo frente a los virus para reducir el riesgo de contagio. Para unos mejores resultados, se puede utilizar en cuanto aparezcan los primeros síntomas del brote de herpes labial (picor, escozor, dolor). Una vez aplicado, sus efectos se mantienen durante 12 horas.
Si lo prefieres, existen también remedios en forma de colirio, como es el caso de Urgo calenturas, un filmogel que cubrirá la zona dañada, protegiéndola, aliviando el dolor y favoreciendo su curación.
Bebe agua
Conforme se van acercando los meses de calor, el organismo necesita más cantidad de líquidos.
Recuerda beber agua con frecuencia para tratar de mantener la boca hidratada y fresca. Esto te ayudará no solamente a prevenir la aparición de aftas (manteniendo bacterias y virus alejadas), sino también a evitar la sequedad bucal, que puede provocar mal aliento.
Cuida tu alimentación
Llevar una dieta variada y equilibrada te ayudará a prevenir posibles déficits nutricionales o vitamínicos. Toma muchas frutas, verduras y cereales integrales, pero, ¡atención! Evita también los alimentos picantes, ácidos o salados, pues pueden irritar la boca.
¿Qué quiere decir esto? Pues… por ejemplo, en lo que a frutas se refiere, siempre será preferible que optes por frutas dulces, en lugar de otras más ácidas como la piña o la naranja.
Los frutos secos también pueden causarte problemas, sobre todo, si los tomas con sal y si no te aseguras de lavarte los dientes tras comerlos para eliminar cualquier resto que pueda haberte quedado en la boca.
Mantén tu higiene bucal a raya
Conforme comienza a hacer buen tiempo, es más frecuente que nos animemos a salir a comer, tapear o cenar fuera de casa. Un plan que a todo el mundo gusta, pero ¡cuidado! No debes bajar la guardia: te recomendamos que lleves siempre contigo un set de higiene bucal (cepillo, pasta e hilo dental) para poder lavarle los dientes después de cada comida.
Esto es importante, ya que los restos de alimentos que pueden acumularse en la cavidad bucal o entre los dientes podrían favorecer la aparición de infecciones bucales.
Si usas aparatos de ortodoncia, esta higiene es aún más importante. Procura también recurrir a ceras que te permitan cubrir los bordes afilados que pueden causar cortes o rozaduras en el interior de la boca.
Reduce el estrés
El estrés y la falta de un descanso adecuado (con pocas horas de sueño, insomnio o ritmos de vida irregulares) pueden contribuir a la aparición de aftas bucales.
Es fundamental que trates de llevar una rutina lo más ordenada posible, o que recurras a técnicas de relajación como el mindfulness o el yoga, que pueden ayudarte a conciliar mejor el sueño por las noches.
Cómo tratar las aftas bucales
Si te han aparecido aftas en la boca, existen diferentes productos de venta libre en farmacia que pueden ayudarte.
Los sprays son una de las soluciones más eficaces, tanto por sus resultados como por su facilidad de aplicación. Por ejemplo, aplicar Bexident aftas spray de Isdin (15 ml) permite cubrir la herida, lo que reduce el ardor y favorece su curación. Eso sí, se recomienda evitar comer o beber hasta al menos 30 minutos después de su uso para un mejor resultado.
Otra opción en formato de 20 ml es Aftaspray, que alivia rápidamente el dolor y promueve la curación de aftas bucales recurrentes, así como de pequeñas abrasiones causadas por la ortodoncia. Es apto para mujeres embarazadas y para personas con diabetes.
Si el problema persiste más allá de los días de aplicación recomendados en las indicaciones de uso de estos productos, es recomendable consultar con el médico.