Una adecuada recuperación posparto siempre es fundamental para garantizar el bienestar de la mamá. Cuando el parto no es vaginal, este asunto cobra especial importancia, puesto que hay que sumar el cuidado de la cicatriz de la cesárea. Con el fin de ayudar a las progenitoras en este proceso, hemos preparado este post con recomendaciones para cuidar la herida, prevenir complicaciones y, finalmente, disimular la marca.
Es normal sentir dolor o tirantez en toda la zona, especialmente durante los primeros días. Bajo la cicatriz visible en la piel, hay dos suturas más en el interior (la que cierra el útero y la del tejido muscular). Por tanto, es importante que pongas precaución en no coger pesos ni realizar movimientos bruscos hasta que la herida haya cicatrizado.
Para facilitar la lactancia, puedes optar por posiciones que no supongan apoyar a tu bebé sobre el abdomen. Por ejemplo, prueba a darle el pecho estando recostada de lado, o utilizando un cojín para proteger la cicatriz si lo haces sentada.
En cuanto al ejercicio, naturalmente sentirás limitaciones y es posible que no te apetezca moverte mucho. Puede que el cuerpo te pida descanso y es algo que debes concederte. Eso sí, caminar lo antes posible tras una cesárea es muy recomendable para mejorar la circulación y el tránsito intestinal.
Cómo cuidar los puntos de la cesárea
Como ocurre con cualquier herida, es fundamental que mantengas la zona limpia y seca. Para ello, puedes utilizar un jabón cicatrizante o neutro durante la ducha diaria.
También es importante que seques la piel con suavidad y sin frotar, y que protejas la cicatriz de posibles roces con la ropa. Un truco puede ser utilizar ropa interior que sobrepase la marca. Así evitarás que las costuras o los bordes de la braguita se apoyen contra ella.
Cumple a rajatabla con las revisiones del posparto que te hayan indicado al alta en el hospital. ¡Anota las citas en lugares visibles de la casa para que no se te olviden!
Cuidado y reducción de la cicatriz de la cesárea
Una vez que te hayan retirado los puntos de sutura, es recomendable mantener la zona hidratada. Puedes optar por una crema con rosa mosqueta o de vitamina E.
También puedes recurrir a productos específicos para el cuidado de las cicatrices, como las láminas de silicona para cicatrices, que ayudan a disminuir el tejido cicatricial.
Cada cicatriz puede ser diferente, así que, en función de sus características, puede ser más conveniente optar por un producto u otro. Por ejemplo, para las cicatrices por cesárea enrojecidas o abultadas, existe Hansaplast reductor de cicatrices, que, además, está diseñado para marcas grandes como puede ser la que se produce en un parto por cesárea.
Protección solar para cicatrices
Las cicatrices pueden oscurecerse por la exposición solar. Por lo tanto, si vas a tomar el sol en verano, puede ser conveniente que recurras a apósitos como Trofolastín reductor de cicatrices, que tiene factor de protección. Otra ventaja de este artículo es que sirve tanto para cicatrices recién formadas como para disimular otras más antiguas.
En cuanto a la pigmentación, Mepiform cicatrices también sirve para aclarar la piel oscurecida por la cicatriz. Está especialmente indicado para colocar en las cicatrices que aparecen tras intervenciones quirúrgicas como la cesárea de hasta dos años de evolución.
Eso sí… ¡Importantísimo! Si te expones al sol, no dejes de hidratar la piel ni de utilizar fotoprotección tópica apta para lactantes para protegerte tanto en la zona de la cicatriz como en el resto del cuerpo.