Madre e hijo: amor incondicional a través de la lactancia

Se acerca San Valentín, esa fecha tan especial para las parejas, que suelen reservar el fin de semana más próximo al 14 de febrero para celebrar su amor. Ahora bien, si hablamos querer, debemos pensar también en el amor madre e hijo, quizá el más incondicional que existe… Y una de las múltiples formas de manifestarlo es a través de la lactancia.

Contacto piel con piel

Desde el momento de la concepción, el vínculo entre madre e hijo comienza a formarse. Con el avance de la gestación, crece también la emoción por ponerle cara al bebé, por tenerlo en brazos por primera vez… Y la preocupación por hacer de la lactancia un proceso agradable, gratificante y positivo para el niño. 

Más allá de los beneficios de la lactancia materna para el niño, en este periodo se promueve el contacto piel con piel. Entre sus ventajas, tanto para la madre como para el recién nacido, algunos estudios apuntan a que ayuda a que el niño llore menos, disminuye el estrés, reduce el riesgo de depresión posparto de la mujer y crea lazos afectivos entre madre e hijo que durarán toda la vida.

Autocuidado

El amor hacia el futuro hij@ no debe hacer a la progenitora perder de vista sus necesidades. El embarazo marca un antes y un después en la vida de la madre, también en lo que al autocuidado se refiere.

El cuerpo de la mujer se ve expuesto a numerosas transformaciones a las que también conviene prestar atención. Una de las más habituales es la formación de estrías, que puede prevenirse haciendo uso de productos como el aceite Mustela estrías o de la crema Mustela estrías, que disminuye el riesgo de aparición de estrías y ayuda a reducir estrías recientes en el vientre, senos, caderas y muslos.

En ocasiones, puede ser necesario recurrir al corrector Mustela estrías profundas. Se trata de un tratamiento choque intensivo concentrado, que puede aplicarse con masajes circulares mañana y noche, al comienzo del embarazo y hasta un mes después del parto.

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Regular el aumento de peso, prevenir la hinchazón de las piernas o cuidar la salud del suelo pélvico son otras preocupaciones habituales durante esta etapa. En este post, encontrarás otros consejos y recomendaciones para cuidar de ti durante el embarazo y las semanas posteriores al parto. ¡Cuidarte es también una forma de querer!

Mimos para el recién nacido

La piel de la cara de los bebés, especialmente de los labios, nariz, pómulos, es muy sensible. Por eso, es necesario protegerla para evitar posibles irritaciones que dificulten la lactancia, así como de la deshidratación que pueden provocar el frío y/o del viento. Para ello, puedes hacer uso de Mustela Hydra Stick, una crema nutritiva que formará una película protectora sobre la piel del niño y evitará que sufra rojeces o sensibilidad.

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Por otra parte, si tu bebé ya es para ti el más bonito del mundo, en tus manos estará también que sea el niño que mejor aroma tenga de tu entorno. Puedes conseguirlo con una colonia de bebé como BE+, que puedes aplicar tanto en la ropa de tu hijo, como sobre su piel.

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Eso sí, no le rocíes directamente con ella; es mejor que la apliques sobre tus manos y le acaricies suavemente. Además, recuerda evitar la zona de los ojos y las mucosas para evitar irritación, y procura no abusar de su uso. ¡Resérvalo para días especiales!

Una forma más de demostrarle tu cariño y mimarlo, porque… ¿Qué mayor amor a primera vista puede existir que el de una madre por su hijo?

Un homenaje a las madres…

Tal vez te preguntes por qué hablar de la lactancia y del amor materno filial en las semanas previas a San Valentín. Está claro que el día de los Enamorados puede ser una ocasión perfecta para decidir ampliar la familia, pero es que, además, el tema está de actualidad desde que Rigoberta Bandini, candidata para representar a España en Eurovisión, lo puso sobre la mesa este fin de semana en el Benidorm Fest.

Lo hizo con su “Ay, mamá”, un canto a las madres en favor de la lactancia: “Tú que amarraste bien tu cuerpo a mi cabeza; con ganas de llorar, pero con fortaleza”, rezaba la letra…

En efecto, el parto y la lactancia provocan una revolución hormonal en la mujer que, sin embargo, la progenitora se esfuerza desde el primer minuto en convertir en uno de sus primeros gestos de amor incondicional madre e hijo. 

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